El movimiento feminista actual se remonta a la lucha por el sufragio y la igualdad de derechos; y busca desmantelar las estructuras que han preservado la desigualdad y la violencia de género, promoviendo la autonomía y el empoderamiento de todas las mujeres. El 8M, Día Internacional de la Mujer, se caracteriza por ser una jornada de movilización global que visibiliza las necesidades y rinde homenaje a las mujeres que han luchado, luchan y siguen luchando.
La educación asertiva parte del respeto y la comunicación efectiva, sin dejar lugar para la agresividad ni la pasividad. Desde el feminismo, implica reconocer y desmontar estructuras de desigualdad en el aula, promoviendo siempre la equidad. Actualmente, la educación enfrenta el reto de formar individuos críticos y conscientes de la necesidad de equidad.
La docencia, permite la creación de espacios seguros donde el feminismo se viva y se enseñe de forma integral, desmantelando las ideas preestablecidas sobre roles de género. Al fomentar la empatía se desarrolla la capacidad de comprender y respetar las experiencias para construir una sociedad donde el género no delimite las oportunidades.
El liderazgo del personal escolar es clave para consolidar una cultura educativa feminista, siendo necesario buscar la creación de políticas escolares que fomenten la equidad de género, la capacitación docente en enfoques asertivos y poder garantizar que las estructuras escolares sean inclusivas y seguras para todas las personas.
Al incorporar una perspectiva feminista en la educación, se busca erradicar la desigualdad de género mediante la adaptación de los contenidos y las metodologías educativas. Promover una educación integral que visibiliza a las mujeres, favorece el desarrollo de la personalidad sin barreras y fomenta el pensamiento crítico en situaciones de aprendizaje. Conocida como coeducación, esta metodología educativa parte de la igualdad y la no discriminación de género, y enfatiza el uso de lenguaje inclusivo y las contribuciones femeninas en diversos ámbitos, lo que contribuye a construir una sociedad basada en el respeto, la igualdad y la diversidad.
La tecnologia indudablemente ha sido una herramienta clave en el avance del movimiento feminista, permitiendo la difusión de información, la organización de activismos y la visibilización de problemáticas de género a nivel global. Las redes sociales han facilitado la creación de movimientos como #MeToo o #NiUnaMenos que han generado conciencia sobre la violencia de género y han servido para impulsar cambios legislativos y sociales.
En la educación feminista, las mujeres desempeñan el rol fundamental de liderar espacios de reflexión, investigación y transformación para romper los estereotipos de género. Pero este cambio no debe recaer únicamente en ellas. Docentes y estudiantes pueden empezar por cuestionar sus privilegios, escuchar sin centrar la conversación en sus propias experiencias y evitar el mansplaining.
La lucha necesita hombres deconstruidos que estén dispuestos a ser aliados en la denuncia de cualquier tipo de desigualdad, promoviendo siempre el respeto y la equidad en sus entornos. La clave está en participar activamente desde la empatía y la información, comprendiendo que el feminismo busca una sociedad más justa.
El acceso a la información con perspectiva de género busca garantizar que todas las personas, especialmente mujeres y comunidades históricamente marginadas, puedan obtener información libre de sesgos sexistas o discriminatorios. Esto ha permitido visibilizar problemáticas como violencia de género, brecha salarial y la falta de representación femenina en distintos ámbitos.
En Sensei Learning sabemos que a pesar de todos los avances, aún existen desafíos como la violencia digital y la brecha de acceso a la tecnología, que hacen imprescindible seguir trabajando en la creación de espacios digitales seguros e inclusivos.
Jessica Taifeld
