Entendiendo la ciudadanía digital como la participación correcta y responsable en un entorno tecnológico que abarca desde la alfabetización digital (capacidad para aprender a realizar diferentes tareas), la ética, el seguimiento de normas, la seguridad virtual, los derechos y la cultura; un ciudadano digital debe poder discernir entre lo que está bien y lo que no, demostrando un comportamiento tecnológico inteligente y tomando buenas decisiones.
Una vez descrito el concepto básico podemos abordar a mayor profundidad el tema, todos los usuarios de la tecnología deben usarla de manera adecuada y responsable. Millones de personas en el planeta interactúan simultáneamente mediante el uso de distintas plataformas; esta interacción ha dado paso a una sociedad que ofrece a sus individuos mejores oportunidades de educación, trabajo, entretenimiento y socialización; pero que también los sobreexpone a contenido, peligros cibernéticos y malos hábitos digitales como uso desmedido de dispositivos o consumo de información no verídica.
Como ciudadanos digitales podemos ejercer nuestro derecho al internet, teniendo siempre presente el poder de utilizar la tecnología para generar un impacto positivo y comprometernos con la sociedad más allá de las fronteras físicas, y la responsabilidad de cuidar nuestros actos,.
Cada vez que usamos internet dejamos una huella digital (literalmente); cuando comentamos, compartimos una publicación, subimos una fotografía, enviamos un mensaje o abrimos una aplicación, dejamos un rastro de nuestra presencia en línea que puede ser vista por los demás, desde familia y amigos, hasta maestros y posibles empleadores a futuro; también puede ser rastreada en una base de datos y nos seguirá prácticamente por siempre, así que hay que tener especial cuidado con el tipo de huella que queremos dejar.
Fundamentalmente necesitamos seguir algunas medidas de seguridad para proteger nuestra identidad, empezando por hacer nuestras cuentas en redes sociales privadas, no compartir nuestras contraseñas y generar nuevas más seguras, no abrir links, correos o ventanas emergentes sospechosas, y aceptar solicitudes de amistad únicamente de nuestros conocidos. Si no caminaríamos por la calle cargando un letrero con toda nuestra información personal, porqué hacerlo en línea.
Es importante desarrollar el pensamiento crítico al interactuar digitalmente, la tecnología permite que la información se comparta instantáneamente, lo que dificulta poder diferenciar entre fuentes confiables y falsas. Poder distinguir noticias falsas de verdaderas no solo nos mantiene mejor informados, leer las notas completas antes de compartirlas y no dejarnos llevar únicamente por los encabezados también también reduce la difusión de información incorrecta.
Ayudar a quienes recién empiezan su ciudadanía digital es responsabilidad de todos los que ya nos hemos enfrentado a situaciones incómodas. Los más pequeños siempre serán los más vulnerables y a quienes más hay que proteger. Docentes y padres de familia deben guiar y supervisar el uso de dispositivos y la navegación en los mismos; el mundo digital contiene mucha información no apropiada disfrazada de inofensiva.
Enseñar a los niños desde pequeños a elegir el contenido que consumen es protegerlos a largo plazo, conocer las edades mínimas para formar parte de redes sociales, considerar cuál es la edad adecuada para darles sus propios dispositivos y convertirlos en buenos ciudadanos digitales.
Como maestros, también se debe encontrar el balance ideal entre el uso de tecnología y el abuso de ella. No permitir que los estudiantes se escuden detrás de una pantalla, recordarles lo maravilloso de tocar el papel de un libro, la emoción de escribir una carta, lo emocionante de perderse en alguna biblioteca o de hacer un experimento químico que resulte en una reacción impresionante.
En Sensei Learning valoramos la privacidad y seguridad de maestros y alumnos, y acompañamos a colegios además de padres de familia en la implementación pronta y oportuna de una ciudadanía digital que sea responsable y respetuosa con la comunidad.
Jessica Taifeld