En esta ocasión tuvimos oportunidad de contar con la participación de varios profesores, quienes nos hablaron sobre su experiencia y adaptación al migrar toda la educación a forma remota y posteriormente el regreso a las aulas.
El principal reto al que se enfrentó la mayoría de los docentes al hacer la transición a clases en línea, fue captar y mantener la atención y el interés de los alumnos; también problemas de conectividad, poca privacidad, inadecuaciones de espacio y equipo e incluso la obstaculización inconsciente por parte de los padres de familia. Además, muchos profesores tuvieron que aprender y dominar el uso de herramientas tecnológicas sobre la marcha.
La rutina laboral también se vio afectada, ya que si bien se eliminaron los tiempos antes invertidos en traslados, se tuvieron que designar espacios de la casa que fungieran como salón de clases; igualmente delimitar las jornadas, ya que al no haber un cambio de espacio los horarios de trabajo se extendían para atender las necesidades de padres y estudiantes por igual.
“El trabajo era interminable y estresante. Todo se volvió nuevo por lo que tenía que dedicarle largas horas. Al no haber un traslado o cambio de ambiente, las jornadas se detenían solo para dormir.”
Con el regreso a clases presenciales los profesores se enfrentan a nuevos desafíos, siendo el principal problema la falta de estructura y disciplina hacia el trabajo al que los alumnos se habían acostumbrado en casa, además de la pérdida de habilidades físicas y sociales. También han quedado beneficios, ahora maestros, directivos y alumnos son más hábiles en el uso de herramientas digitales y LMS (Learning Management System) para el proceso educativo.
Después de ser el principal instrumento de trabajo, con el regreso a clases presenciales el uso de la tecnología no debe quedar en el olvido, de ahí que maestros se replantearan la manera en que llevaban a cabo algunos procesos y los adaptaran a la era digital, usando plataformas educativas para fines específicos y buscando aprovechar al máximo las posibilidades que ofrecen los ambientes digitales de aprendizaje.
“Tanto alumnos como profesores llegaron con más apertura al tema de la tecnología, aunque varios buscaban aún volver a recursos y materiales tradicionales, se ha buscado en ese sentido un equilibrio.”
De las clases en línea se conservan las mayores virtudes, como la organización de elementos, la elaboración de material didáctico para mejor comprensión, apoyo individual ante problemas de aprendizaje, el uso de portafolios de evidencias digitales e incitando la elaboración de proyectos. Tristemente esto no se ha podido implementar en todos los colegios, ya que algunos no cuentan con dispositivos suficientes.
No podemos dejar de lado el impacto que dejó la educación remota en los alumnos, especialmente en temas sociales, emocionales, de convivencia y hasta de motricidad gruesa. “Me ha tocado ver niños ansiosos, con miedo, con poca tolerancia a la frustración o que no reconocen el impacto de sus acciones en línea respecto al mundo físico.”, declara uno de los profesores.
Bajo el entendido que la enseñanza debe evolucionar en este mundo post pandemia, nos enfrentamos a nuevos paradigmas que merecen gran atención e investigación en los que se debe incluir mucho más el bienestar emocional, las tecnologías móviles como apoyo en la interacción entre estudiantes y su entorno. Los maestros deben actuar como facilitadores y guías de aprendizaje, motivando y buscando soluciones creativas, sin dejar de actualizarse y adaptarse a la realidad diaria, ni dejando de lado que la tecnología más que nunca es parte de los alumnos.
“Reconocer que no hay un camino único para enseñar y que la tecnología permite mostrar pero sobre todo permite crear contenido a alumnos y maestros para lograr un aprendizaje significativo y también atender de manera diferenciada a tu aula. Saber que el conocimiento no solo está en el aula, ya que se lograron las metas incluso de forma remota y en algunos casos con mayor efectividad. En mi opinión, lo importante de esta época post pandemia es buscar un equilibrio entre recursos tradicionales y tecnológicos y poder apoyar al alumno de forma integral a desarrollar todas las competencias que exige la educación contemporánea.”