Los mitos desempeñan un papel fundamental en la sociedad y la cultura al proporcionar un marco narrativo encargado de transmitir creencias, valores y conocimientos. También sirven como herramientas para explicar el origen del mundo, la existencia humana y los fenómenos naturales, fortaleciendo la cohesión social al establecer identidades culturales compartidas, normas morales y rituales. Sin embargo, los mitos también pueden presentar algunos riesgos, especialmente cuando son tomados de manera literal o cuando perpetúan creencias falsas.
Existen mitos alrededor de prácticamente todo lo que nos rodea, y la educación, el conocimiento y el aprendizaje no son la excepción. Hay ideas muy populares y prevalentes en los círculos educativos que carecen de respaldo científico, y que a pesar de ello asumen como ciertos. La educación es un tema complejo que requiere de la contribución de investigadores especialistas que puedan desde su disciplina cooperar con información acerca de las ideas que abundan en el debate educativo sin tener respaldo ni soporte empírico.
Mito #1 Solo usamos el 10% del cerebro
Esta idea sobre el cerebro y el aprendizaje forma parte de la cultura popular y entrelaza una fina línea entre la realidad y la ficción. Según encuestas a miembros de la comunidad educativa de numerosos países, alrededor del 50% lo considera cierto. Sin embargo, el conocimiento que se tiene sobre el funcionamiento del cerebro es incompatible con esa creencia de origen incierto.
Desde un punto de vista evolutivo, es inconcebible que un órgano que constituye el 2% del peso corporal y consume el 20% de la energía, esté infrautilizado; de ser cierto, la selección natural habría beneficiado a los individuos con cerebros más pequeños y eficientes. Por otro lado, las técnicas de neuroimagen, que permiten observar al órgano en acción, muestran que todo el cerebro está activo la mayor parte del tiempo, aún cuando dormimos se registra actividad en todas las regiones.
Mito #2 Cada estudiante tiene una forma de aprender diferente
Aunque la noción de que la forma de aprender más eficaz de cada persona puede ser distinta a la de otras es interesante desde el punto de vista científico, en la realidad tendría múltiples repercusiones para la práctica educativa, pues implicaría la necesidad de identificar el estilo de aprendizaje de cada estudiante y adaptar la enseñanza en función de eso, lo que conllevaría un esfuerzo enorme en términos de atención y recursos. Sin embargo, sí existen los distintos estilos de aprendizaje, ya se conocen algunas características que hacen de la enseñanza una práctica más efectiva.
Es importante resaltar que los estilos de aprendizaje no se refieren a que algunos individuos no puedan presentar necesidades específicas respecto al aprendizaje. La investigación científica no ha logrado ratificar la idea de que cada persona tenga una forma distinta de aprender que le resulte idónea.
Encuestas realizadas a docentes y estudiantes en decenas de países revelan que alrededor del 90%de ellos dan por cierta la afirmación de que “las personas aprenden mejor cuando reciben la información en su estilo de aprendizaje preferente” (Ferrero, 2016). No en vano existen incalculables libros, cursos y programas educativos que continúan propagando el mito a pesar de las advertencias de los investigadores (Kirschner, 2017; Williangham, 2015).
Mito #3 La tecnología está provocando que los jóvenes presten menos atención
La clave para mantener la atención en clase depende fundamentalmente de la motivación. Padres y docentes suelen coincidir con este mito, el 87% de los profesores encuestados por el Per Research Center de Estados Unidos, manifestó estar de acuerdo con que las tecnologías digitales están creando una generación fácilmente distraible y con menor capacidad de atención.
Aunque no es posible saber si la tecnología ha sido la responsable de incrementar el riesgo de padecer TDAH, o si por el contrario la predisposición al trastorno se ha puesto de manifiesto en un mayor uso de la tecnología. La investigación en neurociencia y psicología cognitiva no niega que los adolescentes de hoy puedan tener más dificultades para sostener la atención que los de antes, pero como es obvio, la ponen en aquello que les resulta más atractivo, siendo en la actualidad, la tecnología.
No cabe duda que cualquier persona involucrada en la docencia ha escuchado al menos en una ocasión estos mitos, otros debido a la falta de información los aceptan como verídicos e incluso los defienden, de ahí la importancia de la serie de entradas que se están preparando sobre el tema, para combatir la desinformación y ofrecer interpretaciones apegadas a la realidad.
En Sensei Learning estamos decididos a derrumbar los mitos que se han edificado en torno a la educación, el conocimiento y el aprendizaje; por ello nos apasiona informar desde la verdad y la igualdad, dejando de fuera cualquier posibilidad de desinformación.
Jessica Taifeld