Recientemente la UNESCO dio a conocer el Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo, 2023. El documento analiza a profundidad el impacto de la tecnología en el campo educativo, sus beneficios y los riesgos que implica con una visión global y objetiva con la misión de informar sobre la puesta en marcha de estrategias nacionales e internacionales orientadas a entender mejor las áreas de oportunidad que quedan por optimizar.
Se estima que la tecnología educativa cambia cada 36 meses. Su fácil acceso y diseño universal, brindan nuevas posibilidades a estudiantes con discapacidad. La radio, la televisión y los teléfonos celulares están reemplazando a la educación tradicional en las poblaciones de difícil acceso. Durante la crisis sanitaria de Covid-19, el aprendizaje remoto impidió que la educación colapsara debido al cierre de escuelas.
La tecnología digital ha aumentado drásticamente el acceso a recursos educativos, causando efectos positivos de bajo y mediano alcance en determinadas modalidades de aprendizaje, sin embargo debemos centrarnos en los resultados, no en el aporte tecnológico.
No es necesario que la tecnología sea avanzada para que sea efectiva.
El ritmo acelerado de cambio tecnológico dificulta que los sistemas educativos se adapten. Mientras que algunos países empiezan a definir las competencias digitales que buscan priorizar en los currículos y evaluaciones, muchos estudiantes no tienen suficientes oportunidades para practicar con tecnología digital y los docentes se pueden sentir poco preparados para implementar el uso de herramientas tecnológicas en clase.
Gran parte del contenido educativo de calidad está en inglés, lo que lo hace de difícil acceso para cualquiera que no domine el idioma; los cursos en línea masivos y gratuitos, benefician principalmente a estudiantes cultos y procedentes de países ricos.
La tecnología no debe adquirirse para llenar un vacío.
En las últimas 2 décadas, estudiantes, docentes e instituciones educativas han adoptado herramientas de tecnología digital, misma que ha generado numerosos cambios en la educación y el aprendizaje. Prestar demasiada atención a la tecnología educativa suele tener un costo elevado y no necesariamente beneficios proporcionales. Es indispensable tener objetivos y principios establecidos para garantizar que el uso de estas herramientas resulte benéfico con el fin de garantizar la impartición óptima para cada contexto académico.
La desigualdad en cuanto a conectividad dificulta el acceso a la tecnología, no a la educación. La calidad de la enseñanza es un concepto multidimensional y no debe caer únicamente en conceptos funcionales tecnológicos; un buen docente puede lograr mucho con muy poco.
El papel de la tecnología en la educación lleva tiempo siendo el centro de debates. La investigación tecnológica es compleja, las pruebas sólidas e imparciales escasas. Las TIC pueden contribuir a la equidad y la inclusión para llegar a los estudiantes más vulnerables y difundir el conocimiento en formatos más atractivos y asequibles. En determinados contextos pueden mejorar la calidad de la enseñanza, pero también pueden excluir, ser irrelevantes e incluso perjudiciales. Poder garantizar las condiciones adecuadas para permitir un acceso guiado y equitativo a la educación para todos es una prioridad.
En Sensei Learning sabemos que los dispositivos no garantizan un mejor aprendizaje, sino que son una herramienta apoyo para él. Confiamos en que la verdadera esencia de la educación sigue estando en el personal docente, por eso nos apasiona poder fusionar la tecnología con el potencial humano para obtener la calidad educativa que los alumnos merecen.
Puedes leer el documento completo aquí: https://mexico.un.org/sites/default/files/2023-07/PUBLICACION4.pdf
Jessica Taifeld
