Las Bellas Artes son el lenguaje universal, capaz de eludir cualquier barrera lingüística y conectar individuos a lo largo del tiempo y el espacio; desempeñando incluso un papel historiador en la evolución de sociedades y culturas enteras, permitiéndonos ver su desarrollo cronológico. Una buena visión del arte, sería imaginarlo como una explosión de expresión y creatividad concentrada en una obra caracterizada por su belleza, significado e intención.
Al exponer a los estudiantes desde temprana edad a las artes, les otorgamos la libertad de expresarse a través de diferentes elementos y materiales, además de ofrecerles herramientas para entender sus propios sentimientos de formas profundas y sensatas. Adecuar actividades artísticas específicamente para su edad, es entregarles un medio de comunicación sensible y enriquecedor.
Entender el arte como el punto más alto de la condición humana, permitiría darle mayor relevancia en el sistema escolar, siendo éste el medio para dejar fluir la creatividad, una de las habilidades más importantes según el Foro Económico Mundial. Nuestro sistema educativo no está cumpliendo con las exigencias del mundo, y todos los involucrados en la docencia necesitamos prestar atención.
El estilo de vida actual y el ritmo social acelerado, ha grabado en nuestras mentes el equivocado prejuicio de la fortaleza. Sin embargo, el arte enseña a percibir la vida con mayor sensibilidad, empatía y comprensión, virtudes características para poder interactuar de forma saludable, crítica y madura con el entorno y la sociedad. Adentrar a la niñez al arte, también es ayudar al desarrollo de pensamiento crítico y la capacidad de análisis, brindándoles seguridad de reflexión y criterio.
La expresión artística en cualquiera de sus categorías (pintura, literatura, arquitectura, música, danza, escultura y cine) instruye también a asumir la responsabilidad de las acciones y entender que un error puede ser una oportunidad de creación. Un mal trazo se puede convertir en el inicio del mejor lienzo; un movimiento a destiempo en una voltereta fantástica, o una toma equivocada en una escena arriesgada.
Las habilidades motoras finas y gruesas se sensibilizan; y el trabajo en equipo y la colaboración se enriquecen al aprender a respetar las ideas ajenas y resolver conflictos de manera conjunta. Estudios han demostrado que los programas artísticos pueden generar un impacto positivo en el rendimiento académico, mejorando su desempeño y concentración en asignaturas como matemáticas y lectura de comprensión.
Aunque pudiera parecer extraño, existe una intersección entre arte y tecnología, y es un campo en constante evolución que ha permitido nuevas formas de expresión creativa, transformando la forma de abordar las obras. Esta relación bidireccional desafía los límites de la creatividad y la innovación explorando nuevas posibilidades de un camino emocionante.
Desde el programa de creatividad de Apple, la extensa variedad de apps especializadas en dibujo y/o pintura como Procreate, que permite entender las dinámicas de los pinceles y la combinación de colores con ayuda del Apple Pencil; la posibilidad de escribir guiones en Pages y activar el modo de presentador para convertir el iPad en un teleprompter. Grabar ensayos con Clips o iMovie para poder retroalimentar posturas y encontrar posibilidades; y entender además del funcionamiento de los instrumentos, conceptos como armonía y tempo con GarageBand y la función metrónomo.
En Sensei Learning somos admiradores del arte, y poder vivirlo y sentirlo a través de la tecnología nos parece algo extraordinario. Si tú también quieres aprender a combinarlos, acércate con nuestros expertos y maravíllate con todas las opciones que hay a nuestro alcance.
Jessica Taifeld
